jueves, 10 de mayo de 2012

Capítulo 3.

Después de cenar, María no dejaba de pensar en lo que le acababa de contar Carlos, no podía decírselo a ninguna de sus amigas, y eso era algo que la estaba matando por dentro. 


  - La cena estaba buenísima, pero yo tengo ganas de fiesta. - Dijo Dani.
  - Yo también quiero fiesta. Pero a la playa no, que luego acabo llena de arena y hoy me he puesto mona. - Decía Ayla mientras se colocaba el vestido.
  - Hay un local que no está muy lejos y, cerca de la playa que está muy bien. - Dijo Blas. 
  - Entonces ¿qué hacemos aquí? ¡Vamos ya! - Dijo Aza.


El camino hasta allí fue risas, risas, más risas, intercambios de miradas y alguna sonrisa de complicidad. Llegan allí, nada más entrar comienzan a bailar, todos menos Carlos, que se dirige a la barra. En ese momento, Ayla se da cuenta y se acerca a Aza.


  - Carlos está muy solo. - Le dijo Ayla sin apartar la vista de él.
  - Sí, está esperándote. - Le dijo Aza mientras cogía su mano y la arrastraba hacia Carlos. - ¡¡Carlos!! -Gritó Aza, mientras les dejaba allí solos.
  
  - ¡Hola Ayla! - Dijo Carlos mientras daba un sorbo al vaso de vodka con limón.
  - ¿Qué pasa? ¿Tu no bailas? - Dijo ella mientras se tocaba el pelo.
  - No soy buen bailarín. Necesito varias copas para bailar. 
  - Vale, entonces ya somos dos. - Está se acercó más a la barra para llamar al camarero y pedir un vodka negro con limón. 
  - Por cierto, estás muy guapa hoy. - Dijo Carlos acariciándole el brazo.
  - ¡Gracias! Siempre hay que ponerse guapa. Nunca sabes cuando puedes encontrar el amor. 
  - Nunca, nunca sabes cuando puede aparecer. - Dijo él casi susurrando.


A todos esto entre la gente, se encontraba Aza bailando y observando la tierna imagen de Carlos y Ayla, cuando alguien tapó sus ojos por detrás. 


  - ¿Quién eres? - Dijo ella girándose para ver quien era. - ¡Oh, Álvaro! ¡Mira a esos dos! - Dijo señalando a Carlos y a Ayla. - Yo veo una clara complicidad entre ellos.
  - Complicidad no sé pero una buena pareja si hacen. - Dijo él mientras pasaba el brazo por sus hombros.- Creo que voy a acercarme a la barra. ¿Quieres que te traiga algo?
  - ¡Venga vale! Un vodka con piña.
  
Él se alejaba a la barra, pide las bebidas, va hacia donde estaba con ella pero ella ya no está. Así que se dirige al grupo donde estaban Dani, Sonia, Blas, David, María y Judit.


  - ¿Habéis visto a Aza? Es que ha desaparecido así sin más. - Dijo el sentándose en un sillón que había.
  - A lo mejor se ha ido con alguno al baño. - Dijo Blas.
  - No. Aza no es de esas. - Dijo Judit.


Mientras, David y María hablaban y bailaban. Pero al rato salieron fuera, ellos dos solos.


  - Empezaba a agobiarme ahí dentro. - Dijo María abanicándose con sus propias manos.
  - Es que hace demasiado calor ahí. -Dijo él mientras se acercaban a un banco cercano. - María. 
  - Dime. -Ella se giró y sus miradas coincidieron.
  - ¿Crees en los flechazos? 
  - ¿Cómo?
  - Sí, en el amor a primera vista.
  - Pues bueno. A veces. - Estaba confusa, pero aún sabiendo lo que le había dicho Carlos, la curiosidad le mataba.- ¿Por?
  - Pues bueno. Hay una chica. Que conozco desde hace poco y me gusta.
  - Pues David, si estás seguro. Díselo.
  - Sí, sí estoy seguro. - Hubo un pequeño momento de silencio-
  - Quizá es algo atrevido por mi parte. Pero ¿cómo se llama? - Ella seguía mirándole, pero sin embargo este desvió la mirada hacia el horizonte. Algo que desconcertó a María. - Si no lo quieres decir no pasa nada.
  - Se llama...Lucía. 
  -Y ¿es guapa?
  - Mucho.
  - Pues si estás seguro de que te gusta. Lánzate. - Dijo María con un nudo en la garganta. A lo mejor Carlos la había mentido. Les acababan de conocer, a lo mejor sólo querían pasar el rato con ellas. 
  - María, ¿te pasa algo? - A lo que ella negó con la cabeza. - Bueno voy para dentro otra vez. ¿Vienes?
  - Ahora voy. -Entonces este la besó la mejilla y se fue. No pasaron ni cinco segundos cuando ella comenzó a llorar.


Mientras tanto en el local. A Carlos y a Ayla, ya les había hecho efecto todos los cubatas bebidos y se encontraban bailando en medio de la pista. Dani y Judit hablaban, se reían, de vez en cuando, en un arrebato de confianza, Dani comenzaba a hacer cosquillas a Judit. Sonia y Blas estaban apartados de todos, se podía ver como de vez en cuando él apartaba un mechón rizado de la cara de Sonia, y esta sonreía muy tímidamente.Y Álvaro seguía preocupado, puesto que llevaba un buen rato si ver a Aza. 
La gente ya iba yéndose, y Aza, seguía sin aparecer. El local casi vacío, y Aza seguía sin aparecer. 


  - Es demasiado raro que Aza no haya aparecido. - Dijo Judit, que empezaba a estar bastante preocupada.
  - ¿Estáis seguros de que no estaba fuera? - Preguntó Blas dirigiéndose a David y María.
  - No, María ¿tu la has visto? - Le preguntaba mientras ella negaba con la cabeza.
  
Judit y Sonia fueron a los baños de las mujeres donde no había nadie. Sin embargo, se escuchaban algunos golpes procedente del baño de los hombres. Álvaro forcejeó con la puerta, la cual cedió y se abrió. Entró rápidamente y encontró a dos tíos bastante corpulentos pero no gordos, uno moreno de ojos azules y otro con la cabeza rapada de ojos negros. Estos salieron rápidamente, y Álvaro comenzó a mirar por todo el baño, el cual era bastante grande. Entonces la vio, estaba sentada en el suelo, llorando, con el rímel corrido, con el vestido bastante arrugado, y despeinada.


  - Aza, ¿estás bien? -Se acercó rápidamente a ella y la levantó.
  - Álvaro... - Le abrazó fuertemente y sin dejar de llorar- Perdóname. Perdóname. Yo te juro que no he hecho nada. Yo sólo iba al baño.
  - Tranquila, tranquila. Vamos fuera a que te de el aire. -Agarró su mano y salieron fuera del local donde estaban todos.
  - ¡¡Aza!! -Gritaron sus amigas que se acercaron a ellas. - ¿Qué ha pasado? ¿Por qué lloras?- Decían todas a la vez.
  
Ella las hizo un gesto indicando que luego las contaría. Entonces decidieron volver al hotel. Para asegurarse de que llegaban bien las acompañaron hasta la habitación. Una vez allí se despidieron. Carlos y Ayla se despidieron de forma muy efusiva, tanto que los dos besos casi se convierten en "el beso". Las chicas entraron, sin embargo Aza se quedó fuera. 


  - Iros para abajo. No tardo. -Dijo Álvaro a sus compañeros.
  - Álvaro. -Volvió a abrazarle y comenzó a llorar nuevamente. Este se separó de sus brazos y la miró fijamente, mientras con una mano la limpiaba las lágrimas.
  - Aza, no tienes que pedir perdón. Pero dime qué ha pasado.
  - Pues iba al baño y entre esos dos que supongo que habrás visto al entrar, me metieron al baño- Entre sollozos y como pudo fue diciéndole todo lo que pasó hasta que la interrumpió.
  - Espera, ¿te hicieron algo? En fin, tu me entiendes.
  - No, no me dejé. 
  - Entonces ¿qué te han hecho?
  - Pues primero me han metido en el baño, uno me ha sujetado los brazos y el otro ha comenzado a besarme y a sobarme. Me siento como una.. -No consiguió acabar, puesto que comenzó a llorar. Entonces él la abrazó, le dijo que les denunciara. Así estuvieron un rato hasta que ella consiguió calmarse, lo justo para que dejara de llorar.
  - Aza, yo tengo que irme ya. -Agarró sus manos- Pero te prometo que mañana te llamaré. -Se acercó a ella, le besó en la frente y apoyándose en su frente, encontrándose a cinco escasos centímetros.- Te lo prometo. -Susurró. Se separó de ella y se fue.
Entonces ella se quedó cinco minutos observando el pasillo por donde se había marchado él. Pasado ese tiempo entró a la habitación, tendría mucho que explicar.

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