Pasadas unas horas, se levantó Ayla sobresaltada a causa de la ausencia de Carlos, pero vio que no sólo no estaba él. Ninguno de aquellos cinco chicos estaba allí. A todo esto se levantó Aza, menos sobresaltada que Ayla.
- ¿Dónde están? - Preguntó Aza.
- No lo sé. Pero me gustaría saberlo. -Contestó Ayla algo decepcionada.
- Pues no me voy a quedar de brazos cruzados. -Dijo Aza corriendo hacia el baño. Entonces corrió detrás de ella.
- Aza, ¿dónde vas?
- A buscarle.
- Aza, no hagas tonterías. No sabemos a que hora se habrán ido. No sabemos ni donde están.
- ¿Por qué no se han despedido? -Dijo sentándose de golpe en el inodoro.
En ese momento entró Judit al baño, con un disco y una nota en la mano.
- Chicas, han dejado esto. - Dijo tendiéndoles la nota.
- ¿A Madrid? - Dijo Ayla.
- ¿Qué se han ido a Madrid? - Gritaron María y Sonia que entraban en ese momento por la puerta.
- ¡Vamos a Madrid! - Gritó Ayla
- Pero, en teoría volvemos en tres días. - Dijo Aza.
- Me da igual. Tengo que verle. Y tengo que verle ya. - Gritó Ayla.
- Digo lo mismo. Tengo que hablar con David. No sé que somos. No sé que quiere ser. No sé si quiere algo. - Dijo María que iba a preparar la maleta. - Y no sé vosotras, pero yo a David le quiero.
Esto hizo que convencieran a todas, excepto a Judit.
- Tu con David vale. Pero, ¿y si nosotras sólo hemos sido su entretenimiento de estos días?
- Judit, es un riesgo que debemos correr. - Dijo Aza arrastrándola para sacarla del baño.
- Pero ¿qué hago yo en Madrid? -Dijo Judit.
- Pues buscar a Dani. - Dijo Sonia colocando la maleta.
- Y ¿dónde dormiré? - Dijo Judit. Justo en ese momento pararon todas de hacer lo que estaban haciendo. Se giraron para mirarla.
- ¿Eso que acabas de decir es verdad? -Dijo Ayla.
- Judit, te recuerdo que tenemos piso en Madrid, con habitaciones suficientes para todas. Así que deja de decir tonterías, y ponte a hacer la maleta ya. -Dijo María.
Recogieron todo, bajaron a desayunar, volvieron a subir para coger las maletas. Se quedaron en recepción para quedar avisado que volvían antes y quedar todo dicho y todo pagado. Corrieron hacia el coche de María. Subieron las maletas, y en menos de una hora, ya habían preparado todo para volver a Madrid.
Mientras tanto en el coche de los chicos.
- Me siento mal. Debería haberme despedido de ella. - Dijo Carlos.
- Deberíamos habernos despedido de todas. - Dijo David - ¿Qué harán cuando se despierten y vean que no estamos?
- Nos odiaran. - Dijo Blas.
- No penséis tan en negativo. Quizás nos llamen. - Dijo Dani.
- Quienes deberíamos llamar somos nosotros. - Dijo Álvaro sacando el móvil. - Mierda, no hay cobertura.
- A ver chicos, llamadlas cuando lleguemos a Madrid. Ahora deberíais descansar. - Dijo Pablo.
Todos le hicieron caso, menos Dani que era quien iba conduciendo.
Mientras en el coche de las chicas iban todas dormidas, menos María, que iba centrada en la carretera y escuchando el disco que les habían dejado los chicos.
Pasadas unas horas los chicos llegaron a Madrid, intentaron localizar a las chicas pero el móvil les parecía como apagado o fuera de cobertura. Fueron cada uno a sus casas, ya que el cansancio estaba muy presente.
Unas horas después llegaron las chicas. Que enseguida fueron a su casa.
- Vale, me ha llamado David - Dijo María mientras dejaba la maleta en su habitación.
Ambas miraron sus móviles y tenían varias llamadas de todos ellos, pero decidieron no llamarles ya que era algo tarde y estaban cansadas.
Pasaron los días y no consiguieron ponerse en contacto con ellos. Hasta que una tarde, a Judit le dio por buscarles por las redes sociales, una búsqueda con éxito.
- Chicas, les he encontrado y están dando a conocer su videoclip. Sí, ese que grabamos con ellos. - Dijo Judit.
- Ponlo, ponlo, vamos a verlo. - Dijo Sonia.
Comienza el videoclip. Primero Sonia, luego Ayla, sigue Judit, María y, por último, Aza. El videoclip continúa, alguna lágrima derrama.
- Es precioso. -Dijo María.
- ¿Les escribimos algo? -Dijo Aza cogiendo el ordenador.
Pero justo antes de que pudiera escribir algo, Ayla la interrumpió.
- Chicas, vamos a buscarles. Estarán en Madrid. Lo mismo tenemos suerte y les vemos por el centro.
No se lo pensaron ni dos veces cuando corrieron a las habitaciones a cambiarse. Corrieron, cogieron el coche, se plantaron en Madrid, pero fue una idea fallida. Volvieron a casa, algo cabizbajas.
A la mañana siguiente, Ayla y Aza se prepararon para ir a comprar algunas cosas a centro.
Llegan allí, y después de hacer todos los recados subieron al Starbucks. Suben a la planta de arriba, para poder sentarse, ya que la planta baja estaba llena.
- Quiero volver a verles. - Dijo Ayla removiendo su café.
- ¿Qué crees que yo no? - Dijo Aza.
Continuaron hablando hasta que empezaron a escuchar unas voces que les eran familiares. Sí, eran Álvaro, Blas y Carlos.
- ¡¡Carlos!! -Dijo Ayla levantándose de su asiento.
Ambos se abrazaron fuertemente. Aza se levantó, pero con menos entusiasmo que su amiga. Saludó primero a Blas y se acercó a Álvaro.
- Te he echado de menos. - Dijo Álvaro mientras la abrazaba.
- Yo también. -Dijo ella devolviéndole el abrazo.
Y allí se quedaron los cinco sentados hablando, cuando Carlos pasó su brazo por los de Ayla, a lo que esta agarró su mano, haciendo que se entrelazaran sus dedos. Ante este gesto Carlos besó su mejilla y esta apoyó su cabeza en el hombro del chico. Y siguieron hablando, entonces llegó una llamada que hizo que los ojos de Álvaro se iluminaran. Mientras hablaba con ella su sonrisa aumentaba, cuando se levantó y bajó. Todos pudieron ver como salía por la puerta y abrazaba a una chica, de pelo rizado, no muy alta.
- ¿Quién es? - Preguntó Aza si dejar de mirarles.
- Es Marina. - Dijo Blas que le dio un sorbo a su café. - Pero bueno, ¿vosotras que tal estáis? ¿Visteis el videoclip?
- Sí, nos encantó. -Dijo Ayla que seguía tonteando con Carlos.
- Algunas chicas no paraban de preguntar quien eras. - Dijo Carlos dirigiéndose a Aza. La cual se limitó a sonreir. - ¿Te pasa algo? - No articuló palabra, se limitó a negar con la cabeza.
Ayla, como muy buena amiga suya, ya que ellas dos se conocían desde la temprana edad de tres años, sabía que algo la pasaba. Entonces se separó de Carlos, le dio un beso muy cerca de la comisura de los labios, se levantó cogió a Aza del brazo y se la llevó al baño.
- ¿Qué te pasa?
- ¿No le has visto? ¿No has visto como se le han iluminado los ojos al ver que Marina le llamaba?
- ¿Estás insinuando que él la quiere? - A lo que Aza asintió con la cabeza mientras derramaba alguna que otra lágrima.
A Ayla no le dio tiempo a contestar, ya que llamaron a la puerta, era Álvaro.
- ¿Puedo pasar?
- Por supuesto. -Dijo Ayla mientras Aza le decía que no en voz baja. Ayla abrió la puerta- Bueno, supongo que querréis hablar solos. - Salió y antes de que le dieran tiempo a cerrar la puerta comenzó a hacer un corazón con las manos y guiñarle el ojo a Aza.
- ¿Qué te pasa? - Preguntó Álvaro.
- Nada. - Dijo ella mientras se limpiaba las lágrimas.
- Ya y pretendes que me lo crea. ¿Es por lo de Marina? ¿Estás celosa?
Cogió aire e intentó calmarse para poder hablarle.
- Pues sí, si estoy celosa. Y te quiero muchísimo Álvaro. Vale que nos conocemos desde hace poco pero te quiero. Y, como te he dicho, estoy celosa. Pero ¿sabes qué es lo peor? Que no tengo motivos para estarlo.
- ¡Eh! Calla. - Puso un dedo en sus labios.- No tienes motivos para estar celosa. Pero es que yo lo que quiero es que tengas motivos.
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